Empezaba a sonar la palabra “Batallón”
La noticia de esta nueva forma de evangelizar a los jóvenes se esparció rápidamente por las obras salesianas que crecían día a día en nuestro país. Donde había un oratorio empezaba a sonar la palabra “batallón”. A poco más de un año de su fundación los Exploradores se habían expandido desde Buenos Aires hacia Tucumán, Salta, Córdoba y Mendoza. Para el año 1916, ya había 17 Batallones. Desde entonces y hasta 1940, el Nº de Batallones crece de manera incesante.
Los campamentos, los juegos, la música, el desfile, el deporte, la disciplina, la promesa y la catequesis resultaban la combinación perfecta para que los chicos hicieran del patio del batallón su segunda casa.
Con el correr de los años el movimiento de Exploradores se expandió aún más por todo el país y se fue adaptando a la realidad cambiante de los jóvenes y de la sociedad. Todo este amor dio fruto, dejando huellas en exploradores y salesianos consagrados que dedicaron su vida formándose y trabajando en la estructuración del movimiento a través de un reglamento, de los principios doctrinales, el surgimiento de las agrupaciones femeninas, la etapa de pre-exploradores y la creación de material formativo para que todos los exploradores pudieran vivir un camino de santidad basado en la Ley de Honor.
Manual del Explorador
En 1941, con 45 Batallones, nace el Manual del Explorador, debido a la creatividad, responsabilidad y trabajo del R.P. Pablo Tomasini y los profesores Angel Cremaschi y Jesús García Adams. Todo estaba contemplado: uniformes, programas de enseñanza para las distintas secciones, programas de examen, dimensiones de Banderas y Banderines, jinetas de graduación, etc.
Este libro tiene un doble objetivo: la organización uniforme de todos los Batallones del país y la comprobación de 25 años de experiencia en una constante actividad….”